es un Docu-ficción que relata un proceso de transformación tanto del personaje principal como de la forma en que las personas que van apareciendo a lo largo de la historia se relacionan entre sí.

El personaje principal de la historia es Diálogo, quien descubre que no se siente a gusto como lo perciben las personas en el entorno por donde pasa, muy decepcionado con este sentir, busca re-conocerse, al encontrar una explicación teórica de cómo es concebido se conmociona entristecido y se va.

Mientras se desplaza desorientado se cruza con dos personas desconocidas provocando al instante que ellas mantengan un contacto visual; y poco a poco inician entre las tres una relación dialógica.

A partir de éste encuentro, Diálogo empieza a sentirse muy a gusto empezando un proceso de transformación en conjunto con otras personas que van apareciendo en el camino, convirtiendo cada encuentro en un espacio de convivencia cada vez más humano, logrando que en ello afloren emociones, sensaciones, intereses y al mismo tiempo el saber, construyéndose de forma interactiva, reconociéndose en la otredad. De modo, su transformación se hace cada vez más satisfactoria.

Diálogo “aprendió a jugar con la palabra, la compartió construyendo con ella”1, en su mediación no solo juega con la palabra, sino con otros lenguajes como los gestos corporales, la escucha y los sonidos.

La historia está basada en un proceso participativo en la Escuela de Arte Escénico de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica durante los años 2013-2014, donde se vivieron diversas experiencias, en diferentes espacios y con diversas personas y donde hubo cabida para la libertad de sentires-pensares, preguntas-respuestas que motivaran a encuentros dialógicos.

 

La creación del personaje principal está inspirada en “El Ajolote”, un anfibio regionalizado en México, especie que experimenta un proceso de metamorfosis durante su crecimiento y que está actualmente en peligro de extinción.

El Docu-ficción pretende evolucionar la idea de conceptualización sobre el término “diálogo” con darle vida a éste, donde las personas se cautiven de la magia de poder ser; en diálogos libres, flexibles, creativos y que este “dialogo en acción” pueda construirse en la diversidad de espacios, respetando personas, circunstancias, propuestas propias de los entornos; además, siempre con una intención de contribuir a procesos de transformación, de satisfacción y en relación horizontal.

La historia no tiene un final definido, ya que, a pesar de que Diálogo está satisfecho con lo logrado hasta al momento con quienes ha compartido, espera seguir contribuyendo a la transformación inédita, buscando un efecto multiplicador.

 

1 Gutiérrez F. y Prieto D. (1996) “Mediación Pedagógica” Guatemala, Colección Programa EDUSAC (Pág. 24)